lunes, 25 de enero de 2010

El corazón de un guerrero.

Muchas veces he visto un especial en el canal National Geographic que se llama "La ciencia de la lucha" o algo así. El programita consiste en someter a pruebas a varios expertos en distintas disciplinas de artes marciales, para medir con datos científicos el impacto que cada una de ellas tiene. Dura una hora, media hora dedicada a las artes marciales en sí, y otra media hora dedicada al estudio de las armas usadas. A manera de información, se llegó a la conclusión que el Ninjutsu japonés es el arte marcial supremo, y la katana es el arma suprema (¡¡¡Aguante Japón!!!). El programa este cierra con una frase que dice algo así: "El guerrero cuenta con algo mucho más poderoso que su cuerpo o sus armas: su corazón". Cuando se tiene un corazón determinado, lleno de valor, se es más fácil lograr un objetivo o simplemente levantarse despues de una caida.

Para poner algunos ejemplos, muchos somos grandes admiradores y lo fuimos también desde niños de los héroes convencionales, superehéroes que precisamente varios de ellos fueron creados con el objetivo de levantar la moral de un pueblo. Pero los que más generan admiración, son los que llaman como "antihéroes". Un estandar de héroe nos muestra a un personaje recto, casi perfecto, sabelotodo, el más duro en su campo, llega a salvar el día cuando nadie pudo hacerlo antes, e incluso son los mas "pintas" y les caen todas las chicas. Los antihéroes son diferentes, les gusta ensuciarse las manos (a diferencia de James Bond que vuela un Zeppelin, participa en un tiroteo con 20 rusos, escapa en un Aston Martin a toda velocidad y termina saltando por encima de una explosión, al final ni se despeina y sólo se acomoda un poco la corbata en su cuello), les gusta venir de menos a más, arrancar de atrás como un pura sangre y lograr como sea su meta a punta de "garra", o en términos un poco mas vulgares y comunes, de "huevitos". ¿A quién no le gustó ver cómo un don nadie de Filadelfia, que a duras penas lo conocía la mamá y de vainas no le pedían cédula para entrar en su propia casa, derrotara en un épico combate al campeón de los pesos pesados? Obviamente hablo de Rocky Balboa, que precisamente fue una película que dejó huella gracias a eso, a su corazón, su hambre de victoria, por más dificultades que tuviera (y eso que el hombre era regularcito como boxeador). En mi serie favorita, Saint Seiya, tenemos como ejemplo también a su protagonista, el caballero de Pegaso, el cual recibe paliza tras paliza por parte de rivales más poderosos que él, pero aún así siempre se caracterizó por levantarse y "remontar el marcador". Y especialmente, el caso que más me gusta de todos, de coraje, de enjundia, de valor, es obviamente el de nuestro señor, nuestro salvador, Jesucristo. Definitivamente, y con todo respeto, fue un verraco en todo sentido.

Seiya, caballero de Pegaso levantándose luego de que le hubieran dado hasta en la cédula.

El caso de Jesús fue muy especial, muy particular, y muy victorioso, puesto que para nadie es un secreto lo que hizo por nosotros, logró convertir la maldición en bendición, se sacrificó a si mismo por nuestros pecados, por nuestras vidas y por nuestra salvación, y tuvo tanta determinación que fue hasta el final para lograr su cometido y cumplir su misión. Hay especialmente una parte en donde más se resalta su valor, y es camino al Calvario, donde comienza a caer. Su cuerpo, debilitado ya por el castigo inflingido, comienza a flaquear y es cuando Jesús cae con la cruz a cuestas. Seguro que si cualquiera de nosotros estuviera en su situación, jamás pensaría en levantarse, por lo menos si me pongo en su lugar y me encuentro en esa posición podría pensar: "¿Para qué me levanto si ya no tengo casi fuerzas, y de todos modos me van a matar? Mejor que lo hagan acá de una vez". Sólo una verdadera razón o un verdadero propósito hace que ese tipo de pensamientos no lleguen y uno se siga levantando despues de cada caida: Los sueños y las metas. Cuando tienes un norte claro, algún anhelo muy fuerte, podría venirse el mundo encima pero no desfalleces hasta conseguirlo, te esfuerzas por él. El anhelo, el sueño de Jesús fue nuesra salvación, fue su meta, por encima de su propia vida, el sacrificio que hizo fue tan grande que sólo pudo haber sido efectuado por medio del inmenso amor que nos tenía. Y es que él no se podía dejar morir de cualquier forma, tenía que ser como fue, crucificado, en el calvario. En Gálatas 3:13 dice: "Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)". Él tenía que deshacer nuestra maldición volviéndose ÉL mismo en maldición, por eso no podía ser de otra forma, por eso el plan de Dios fue perfecto, y su ejecución fue más perfecta aun. La determinación de Jesús fue vital para llevar a cabo su misión, por más débil que se encontrara su cuerpo, en su corazón estaba su fortaleza, el amor hacia nosotros, y eso hizo que se levantara y cumpliera su propósito. Así como Rocky Balboa se levantaba golpe tras golpe dado por Apollo, así como Seiya era reanimado y se levantaba enfrente de las caras de estupefacción de sus rivales, lo que determina verdaderamente a los valientes, a los guerreros, es su corazón. Muchas veces nosotros nos encontramos en esa situación, muchas veces me he encontrado en esa situación, he "besado la lona", simplemente he caido, y Dios me dijo y también te dice, que con un corazón lleno de su presencia, tendrás la suficiente fuerza para levantarte. Pero todo eso debe ser un "combo completo", si caes, debes saber porqué caiste y para qué te quieres levantar, cual es tu objetivo, cual es tu norte. Anhela con todo tu corazón la presencia y la palabra de Dios, ya que ellas te darán un rumbo, te harán saber tu propósito, y también te fortalecerán a la hora de las caidas, ya que sabrás cuales son las promesas que tiene Dios para tí, y querrás obtenerlas así tengas que caer y levantarte muchas veces. Y especialmente, sueña y realiza tus sueños, ya que de la mano de Dios vas a disfrutar de las mejores bendiciones que él tiene para ti, especialmente el forjar un caracter duro y al mismo tiempo humilde, noble y al mismo tiempo determinado, y tendrás el verdadero corazón de un guerrero, ya que precisamente en él habita y habitará el guerrero supremo: Jesús.

(*) Editado el 31/01/2010: Esta entrada va dedicada especialmente a un guerrero de Dios, valiente, esforzado y perseverante, y también un gran amigo y hermano en cristo, mi querido Andrés Leguizamón...