viernes, 30 de abril de 2010

My will...

Exactamente hoy se cumple un año de una de las experiencias mas "extrañas" y bonitas que he tenido en mi vida, "La Mano de Dios" fue precisamente fruto de dicho suceso. El 30 de abril de 2009 terminé con éxito una prueba que fue durísima para mi, y fue un largo ayuno. Digo durísima ya que una de mis grandes debilidades o gustos es precisamente la comida, como diríamos acá, me considero "buena cuchara". En ese tiempo (y lo recuerdo con algo de nostalgia) sentí cómo increiblemente Dios me alimentó con su presencia, y ahora que hago una retrospectiva de lo que ha sido éste año luego de ese momento, siento que el balance no ha sido muy positivo a pesar de lo que Dios me demostró que podía hacer, y de lo que me manifestó hacia mí. Ha sido un año de muchos altibajos (menos "alti" que "bajos") en los cuales sentí orgullosamente por un momento, que me enfrenté a pruebas porque el enemigo comenzó a temerme, pero también sentí de manera humillante que estaba cayendo en cada cascarita que el mismo enemigo me ponía para entorpecer mi camino. Recuerdo una charla a final de año que tuve con mi prima Yuly, en la cual ella me preguntaba acerca de cual era el fruto del espíritu que más me gustaría tener, y yo le respondí "gozo". Siento que la falta de gozo y fe en Dios fue lo que hizo que en muchas ocasiones yo le creyera al enemigo, que me deprimiera, que me menospreciara, así que me determiné tenerlo en todo momento en éste año (¡¡¡además que es el año del mundial!!!), pero el querer gozo, significa que uno va a estar en prueba en todo momento, que a pesar de las dificultades que se presenten, uno deba ser fuerte para soportarlas. Pues bien, si hago una confesión pública, esa sería que se me ha dificultado permanecer en la fe de Dios, y éste es el mensaje central de ésta entrada. El andar con Dios es de todos los días, la decisión de seguirlo no es cuando estes mal o toques fondo, porque si tomas la relación con el creador de esa manera, llegarán muchos altibajos. La sed en Dios nunca se puede saciar y mucho menos apagar, porque aunque a nosotros a veces nos cueste orar o nos de pereza hacerlo, al enemigo eso nunca le va a pasar a la hora de tentarnos, de hacernos alejar. ¿Qué si me alejé? Sí, lo hice, y es que una vida a medias con Dios es como un barco que no tiene ancla, de repente se comienza a alejar de la orilla dejándose llevar por la marea, poco a poco, lentamente, y cuando menos se piensa, uno ya no ve tierra, va a la deriva, y mientras más pasa el tiempo, más difícil es encontrar nuevamente el rumbo. En éste año sentí que me alejé poco a poco, que sin darme cuenta y sin haber cultivado como debe ser una buena relación con Dios, comencé a perder mi norte y a enterrar algunos sueños. Pero definitivamente, y cada vez que me pregunto si una vida sin Dios es lo que quiero, mi respuesta es un rotundo NO. No quiero irme, quiero servirle, quiero su presencia. Tengo un llamado, y también tengo un sueño que no quiero enterrar como si lo hice con otros. Dios puso talentos en mi, habilidades que me he dado cuenta no tienen muchos (no es por menospreciar a nadie, cada quien tiene su talento especial) y lo hizo para algo en especial, para que le sirvan, para que sean de provecho. Si sientes que tienes un talento, úsalo, si sientes que tienes un llamado, acude a él, es una cita ineludible para tu bendición y tu salvación. El día de hoy, a un año de haber terminado mi ayuno, a un año de haber creado "La Mano de Dios" me determino levantarme (como Seiya siempre lo hace), determino mirar hacia adelante, recobrar fuerzas y luchar día a día para fortalecer una relación que en algún momento se vio debilitada, así muchas veces sienta que no pueda, que me argumento, en fin... En el día de hoy, definitivamente y más que nunca me determino a vivir junto con Dios, porque haya pasado lo que haya pasado, jamás se me ha pasado por la cabeza una vida sin él. Y si en dado caso ésto es lo que te está sucediendo, de parte de Dios te digo que no desfallezcas, que si caes, levántate, pero nunca optes por la salida fácil, ya que si se llama así es porque es la salida fácil del reino de los cielos y de la salvación. Te amo mucho Dios, gracias por permanecer siempre en contacto conmigo aun cuando yo no lo estuve contigo, y sólo te pido que el ancla de Jesús siempre haga que permanezca ceñido a la guianza de la orilla del Espíritu Santo, junto al puerto de Dios.