viernes, 19 de noviembre de 2010

Una ayudita, por el amor de Dios...

Estamos a un día de comenzar los cuadrangulares semifinales del Fútbol Profesional Colombiano en los cuales, lastimosamente Millonarios no alcanzó a meterse en la fiesta de fín de año del balompié criollo y yo estaré en vacaciones futbolísticas (aclaro, colombianas, porque aún queda la Champions League, Copa Sudamericana, ligas europeas, e.t.c.) hasta enero, cómo ha venido siendo desde 2007. Pero no todo fue perdido, a diferencia de los 7 anteriores campeonatos consecutivos (Como dice Mambrú: "Que dolor que dolor que pena"), ésta eliminación tuvo algo diferente: Fuimos "benditamente" eliminados. Me refiero con ésto último a algo que he dicho o que habrán leido o escuchado muchas veces: Dios está en todas partes, y el fútbol no es la excepción. Lo bueno es que en éste campeonato Dios decidió meterse con esos gladiadores vestidos de azul ¿o es al contrario?

En resumidas cuentas, la cosa fue así: Comenzando semestre las directivas de Millonarios decidieron contratar a Richard Páez, técnico venezolano que revolucionó el casi inexistente fútbol del vecino país, y que pretendió (pretende) revolucionar a Millonarios. Comenzó muy bien contra Cali derrotándolo 2-0, y luego vino una seguidilla de malos marcadores, resultado de la mala suerte, mala puntería de los delanteros, exceso de "tronquez" (?) de los defensores y errores particulares del técnico. Dicha seguidilla terminó con un desastroso 2-0 contra el rival de patio Santa fé, y fue desastroso no por el marcador que bien o mal fue decente, sino por la hecatombe que casi pasa, ya que el portero de Millonarios se hizo gigante en ese arco al sacar literalmente todo lo que le dispararon a portería (estaba tan enrachado que hubiera sacado fácil incluso la Visa Americana). Luego de esa derrota el equipo azul se ubicó a 3 puntos del descenso y mostrando menos fútbol que la revista "TV y Novelas", así que no había esperanzas de nada, todos pensábamos en cómo salir del chicharron de la "B", nos visualizábamos jugando en el Olaya contra Unión Magdalena o Rionegro, y ni se nos pasaba por la cabeza en clasificar a los cuadrangulares (era más fácil que Santa Fé se hubiera ganado la Copa Sudamericana). De repente y luego de esa derrota contra los "hijos", sorpresivamente Millonarios ganó 5 partidos consecutivos y estuvo a punto de clasificar, es más, Millonarios hasta el último partido tuvo opción, y de eso al punto de que no había ninguna esperanza, ya es mucho. La solución fue un acierto de Páez al contratar a un "Consejero Espiritual" para ayudar al equipo. Comenzamos a ver pancartas de Jesús por parte de los jugadores, dedicatorias a Dios en sus goles y oración al final de todos los partidos. Lo más sorprendente aún, es que el consejero espiritual fue, nada más ni nada menos, que el mismito Jhon Mario Ramírez, vieja gloria del conjunto azul, muy conocido por parte de los hinchas en el Campín y también por parte de los dueños de las licorerías/cigarrerías en Galerías, Pablo VI y demás alrededores. Fue muy buen jugador pero como persona dejaba mucho que desear debido a su comportamiento, su gusto por el licor y su agresividad hicieron muy mala fama. Pero en el ocaso de su carrera como futbolista conoció a Dios, se involucró a fondo con él y todo cambió. Bueno, no todo ya que seguía teniendo sus cosas malas: En esa época de avivamiento e iluminación en su vida, quién sabe por qué carajos se le dió por vestirse de "cardenal"...

Con comportamiento de diablo jugando en el cielo azul, y con comportamiento de ángel jugando en el infierno rojo.

Ahora ese mismo Ramírez es fiel testimonio que Dios hace nuevas todas las cosas, convierte nuestras debilidades en fortalezas y puede con cualquier persona. Después de recibir muchos golpes de la vida, de haber sido ídolo de la hinchada de Millonarios, de pasar tiempos complicados por lo que él mismo llama "errores de juventud", desde hace un tiempo John Mario cambió su forma de vida y es frecuente que en cada una de sus respuestas tenga presente a Dios. En una entrevista con Futbolred a comienzos de 2009, le preguntaron acerca de una explicación por el mal momento de Millonarios, y ésta fué su respuesta: "El tema de Millonarios no pasa por directivos, ni por el técnico, sino que es por un tema espiritual del que se ha venido hablando. Mientras que no se corte eso no va a pasar nada", al terminar la entrevista le preguntaron si él era mejor ahora que antes y respondió: "Seguro, y todo por la bendición de Dios". No es fanatismo ni nada por el estilo, simplemente Dios tiene el poder de cambiar completamente una vida de tal manera que el que recibe dicha bendición no tiene ni ciiiiiinco de pena ni miedo compartirlo con el mundo. Ahora lo está compartiendo con Millonarios, y es algo que a lo mejor no hará que Mera adquiera la habilidad de Messi, ni que Arrechea se convierta en el nuevo Batistuta, pero sí hara que la condición espiritual de todos mejore, que desempeñen mucho mejor su papel en la cancha haciendo las cosas en honor a Dios y con excelencia y lo mejor de todo, que cambien sus vidas y las entreguen a nuestro Señor. En cuanto a los resultados, pues, tampoco se le puede pedir peras al olmo (?), pero por lo menos vimos mejoras incluso en la parte futbolística. En fin, se viene 2011, dos torneos, dos cuadrangulares, dos estrellas en juego y espero que aunque sea una de ellas se tiña de azul, pero sobre todo, que todos los azules se tiñan de Dios.

Predicando, esta vez sin una botella en la mano y sin decir groserías, ¡muy bien viejo Jhonma! (?)

De hecho, revisando el archivo de "La Mano de Dios", me doy cuenta que ya se había planteado una solución similar AQUÍ, y es que definitivamente Dios es la respuesta a todos nuestros interrogantes y la solución a todos nuestros problemas. Les comparto también la nota que RCN hizo al respecto, así que denle click al siguiente enlace y pongan a reproducir el video, ya que no me di maña de ponerlo acá:

Jhon Mario Ramírez es el nuevo guía espiritual "Embajador".