viernes, 31 de diciembre de 2010

El "Kekkai" espiritual.

X es un manga muy conocido entre los otakus y fue creado por CLAMP (Los mismos que crearon las tan recordadas por algunos: "Guerreras Mágicas"). Su argumento trata acerca de la batalla por la supremacía humana al acercarse el fin del mundo, entre la cual se ven involucrados dos bandos: los dragones del cielo (los buenos, conocidos también como los "siete sellos") que quieren preservar la raza humana, y los dragones de la tierra (los malos, conocidos también como los "siete mensajeros o ángeles) que quieren destruir la raza humana ya que ella está conduciendo al planeta a su destrucción. El destino de dicha batalla será decidida por un muchacho llamado Kamui Shirou ya que él debe tomar la decisión de unirse a alguno de los bandos y romper el equilibrio a favor del que decida unirse. Éste animé me llamó mucho la atención en mi época de otaku, especialmente por una característica esencial que poseian los dragones del cielo, y es que como ellos eran los buenos y debido a las batallas tan tremendas que se libraban en Tokio, ellos creaban los que se llama un "Kekkai" para poder proteger el sitio de la batalla. Un Kekkai es simplemente una especie de cúpula o barrera que encerraba el lugar para protegerlo, si el dragón del cielo ganaba todo quedaba como estaba, pero si perdía, el lugar protegido por el kekkai recibía todo el daño de un sólo coñazo y obviamente se destruía. Me pareció una solución muy ingeniosa de los siempre imaginativos japoneses para armar verdaderos zafarranchos y luego dejar todo como estaba, en lugar de las apocalípticas películas estadounidenses en donde no queda piedra sobre piedra (a propósito, ¡que viva Colombia, CARAJO! Ya que si hay terremotos, heladas, ataques de animales mutantes o invasiones alienígenas, siempre pasan en Estados Unidos, especialmente en Nueva York (?)). En la genial saga de Saint Seiya, más exactamente en el spin-off Lost Canvas, podemos ver cómo Sasha/Atenea creaba un kekkai muy parecido, éste abarcaba todo el famoso santuario y eso hacía que fuera protegido de los espíritus de los guerreros del dios Hades. Conclusión, un Kekkai era creado para proteger.

De las tantas cosas que he aprendido en la iglesia, hubo una que me hizo recordar dichas imágenes de Kekkai, y fue cuando me comenzaron a hablar de la cobertura de Dios. Mientras me predicaban de eso, yo me imaginaba una especie de Kekkai alrededor mío protegiéndome, incluso mi mentora me había dicho varias veces que cuando se está con Dios, legiones de ángeles nos rodean para protegernos, aunque yo prefería más la imagen en mi cabeza de estar bajo un kekkai. Despues de este tiempo en el que he tenido iluminación en muchas cosas, me he dado cuenta de lo que para mí significa la famosa cobertura de Dios y lo explicaré en episodios que me pasaron hace poco. A comienzos de noviembre de 2009 tuve un reencuentro con Dios, fueron 3 días en una finca fuera de Bogotá en donde me bauticé y recibí mucho de la palabra y de su presencia. Al terminar y al regresar a Bogotá, era domingo en la noche y yo tomé la sabia (?) decisión de regresar a mi casa a pie (40 cuadras aprox.) y de paso, quería caminar enfrente de mi universidad y orar por ella, ya que salí tan encendido del fuego de Dios, que quería literalmente conquistar el mundo. Justo cruzando el puente peatonal enfrente de la universidad, por estar metido en la oradera no me percaté de dos sujetos que tenía prácticamente enfrente, así que los tipos me agarraron con los calzones abajo y me robaron el celular y el mp3. Cuando ellos se fueron, lo primero que hice fue sentirme aliviado porque no me quitaron el maletín pero luego, sentí una enorme compasión por aquellos sujetos y comencé a interceder por ellos ante Dios el resto de mi camino. Increiblemente estaba demasiado tranquilo y con mi corazón aún lleno de gozo, y lo mejor pasó despues cuando en menos de dos semanas ya tenía otro celular y un Ipod.

Hablando de robos, ¿qué les parece éste? Como por poner un ejemplo...

En abril de 2010, tuve dos encuentros cercanos con el hampa: El primero fue por terco y por tacaño ya que era muy de noche y regresaba con dos amigos que viven a unas cuantas cuadras de donde vivo, y en lugar de seguir en el taxi a casa, decidí bajarme con ellos en su casa y caminar hacia la mía, con eso me ahorraba las unidades extra, siendo tan estúpido que salí caminando a las 2 am, vestido de corbata y escuchando música en el Ipod. Obviamente a una cuadra por llegar me abordó un tipo y me sacó el Ipod del bolsillo, en un momento de adrenalina lo seguí y lo intenté recuperar, y en medio del forcejeo le asesté un izquierdazo que lo dejó K. O. (bueno, no fue así, la verdad cuando él iba a reaccionar, un vigilante pasaba por ahí y se me unió, así que el ladrón salió corriendo) así que yo regresé a mi casa. Tres semanas despues aproximadamente, mas o menos a las 11 pm me abordaron 4 tipos, y ahí si que no había nada que hacer, me dejaron completamente limpio, es que esos sujetos me requisaron mejor que un policía en las tribunas populares de un estadio y pues, las pérdidas fueron significativas, ya que se llevaron el celular, el Ipod, un reloj que había comprado unos cuantos días antes y el dinero que tenía, aunque los muchachos me devolvieron la billetera con los papeles, ¡ES QUE TODAVÍA HAY GENTE BUENA EN ÉSTA CIUDAD!

Algo así fué la súbita reacción, para que se hagan una imagen (?).

Ahora, si analizamos bien cada uno de los episodios, fácilmente podría decir que es puro cuento lo de la cobertura de Dios, ya que fui victima de la inseguridad bogotana justo después de un reencuentro poderosísimo y en medio de una rutilante y creciente carrera como pastor (vale aclarar, a mi nunca me habían atracado antes). ¿Qué pasó? ¿por qué no estuve bajo esa cobertura? La verdad es que siempre lo he estado, ya que la protección de Dios no se limita a cuidar los bienes materiales o el éxito alcanzado, el problema es cuando no lo entendemos o cuando le damos importancia a cosas tan insignificantes, que las ponemos por encima de algo tan magnánimo como la presencia de Dios en nuestro corazón. Cuando me abordaron los tipos luego del reencuentro di un papayazo tenaz, pero aún así me robaron y yo regresé gozoso a casa, tranquilo, completamente despreocuado y desprendido por las cosas que me quitaron, al punto que las recuperé con creces en poco tiempo. Cuando NO me robaron en ese episodio en el que dejé al ladrón golpeado (en éste caso di más papaya aún), regresé a casa con el ánimo destruido, estaba asustado porque esa reacción que tuve hubiera generado una consecuencia desastroza y lo peor fue que dentro de mi me sentí decepcionado por haber perdido mi gozo por una idiotez como lo es un Ipod. Así que, si en el caso en que me robaron me sentí alegre, y en el caso en que me salvé me sentí derrotado, ¿en cual estuvo la cobertura? Obviamente en el primero (aparte porque venía lleno del espíritu de Dios, en esos casos uno es invencible), y ahí fue cuando entendí que la cobertura de Dios está más enfocada en guardar el corazón y el gozo, por encima de las adversidades, ahí es donde Dios crea su kekkai, para blindar tus emociones, para impedir que banalidades logren afectarlo, logren quitar el ánimo, logren destruir, y en el peor de los casos, logren robar una bendición, y ahí es donde aplica el tercer caso, cuando me dejaron limpio. Despues de eso sí que fue tenaz, esa noche debí participar en cierto programa de RCN porque literalmente me dí "Duro contra el Muro" (?) ya que al regresar a casa me encerré en el baño, lloré demasiado y agarré a golpes la pared, al punto de amanecer al día siguiente con los nudillos inflamados, vergonzosa actitud de niño caprichoso y malcriado al cual le arrebataron su juguete favorito. Afortunadamente con Dios siempre habrá una oportunidad de levantarse, y fue a los golpes que me enseñó cuan valiosa es la verdadera cobertura de Dios. Así que después de eso, lo primero que hice fue comprarme un reloj exactamente igual al que me habían robado, ya que era lo que más me gustaba de lo que tenía. Lógicamente se vino la avalancha de reproches por parte de mi familia: "¿es que usted no ha aprendido la lección?", "siga comprando cosas lujosas para que lo roben", "deje de botar la plata ya que si lo ven con eso quién sabe que le va a pasar". Pero yo no pienso igual, simplemente creo en un Dios de bendición, en un Dios que me tiene bajo su kekkai, y en un Dios que le gusta darme gusto, y también pienso que si el enemigo me quiere "joder", estoy de lado de alguien más grande que me quiere bendecir, por eso es que un robo o una mala experiencia no puede marcar la vida de nadie, ya que esos casos sirven para edificar y poner a prueba qué tanto tienes presente a Dios, qué tanto le crees, así que no permitas que te roben una bendición ya alcanzada, y con esto me refiero a que si llegas a sentir que la pierdes, recupérala en lugar de comenzar a temer que te pase lo mismo si lo haces, porque hay que meterse en la cabeza que si una bendición llega, lo hace para quedarse, el que la suelta es el que la recibe. Yo quería ese reloj, me gustaba mucho, y no iba a permitir que el enemigo me lo quitara, así que lo primero que hice luego del robo y de que me haya pasado la chilladera fue comprarme uno exactamente igual que todavía lo tengo. Si has sufrido un robo o una pérdida, no dejes que te invada el miedo de que te vuelva a pasar lo mismo si vuelves a adquirirlo, y eso aplica exactamente para todo, no sólo para lo material, ya que eso nos duele porque es lo tangible, pero cuando sufrimos una pérdida o un tropiezo espiritual es más duro el golpe. ¿Dios manda su legión de ángeles para protegernos? Claro, eso no lo dudo y hasta he sido testigo de eso porque para toda la papaya que he dado sería como para tener dotado de gadgets y dinero a la mitad del sector marginado de la ciudad, el problema estaba ahí, en dar papaya. Pero la verdadera cobertura está adentro, está en guardar tu gozo y tus fuerzas para superar cada escollo al que te enfrentas, está en estar en ese nivel de fe, desprendimiento y tranquilidad en Dios suficiente como para neutralizar cada ataque del enemigo. Ahí es donde ese kekkai espiritual se hace impenetrable y te hace sentir que literalmente estas bajo su manto, lo demás son tonterías con las cuales se conforman o se afectan las personas sin visión.

De todo corazón, espero que ese kekkai espiritual de Dios esté sobre y dentro de todos nosotros, que nos proteja y guarde ese gozo tan lindo de parte de Dios, sea cual sea la circunstancia. Feliz 2011, y no dejen de sintonizar "La Mano de Dios", ya que éste año estaré más pendiente de mi devocional virtual.

"No se mueeeeeeeevan, ya regresamos" más seguido en 2011.