Hago mea culpa de incluirme en el grupo que describiré a continuación. A veces cuando comenzamos en el mundo cristiano no le damos un verdadero valor a la adoración y alabanza a Dios y procuramos llegar "al grano" en las reuniones. En mi caso, nunca he sido un amante de la música así que tampoco le ponía mucho cuidado al denominado "gospel", y en el caso de los amantes y seguidores de la música, se centran mucho en la técnica y la calidad de la ésta que subestiman un poco el mensaje que trasmite. Acá en éste espacio he utilizado varias canciones para hacerles llegar una enseñanza y he aprendido a comprender el verdadero valor de adorar a Dios con la música, pero encontré algo que verdaderamente me dejó con la boca abierta y con lágrimas en los ojos. Nada se compara con lo que les mostraré a continuación, y es para que aprendamos a darle a la alabanza el lugar que le corresponde. No hay más palabras para describirlo, sólo hay que experimentarlo y vivirlo...
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