martes, 7 de septiembre de 2010

"Singing in the rain".

Anoche, como en varias noches, me costó mucho conciliar el sueño. No era mi mejor momento espiritual, me deprimí. Ésta mañana no tuve muchas fuerzas para levantarme, sentía un gran peso sobre mí y las ganas de mandar todo al carajo se reavivaron. Se habla muchísimo en predicaciones y analogías bíblicas acerca de los desiertos en la vida, que son muy necesarios, que allí seremos trabajados, que las herramientas y porcelanas tienen que ser pasadas por fuego para ser forjadas y moldeadas, en fin, una cantidad de ejemplos que nos muestran que las pruebas estan hechas para ser superadas y de esta manera alcanzar un crecimiento. El domingo pasado mi equipo de fútbol perdió 3-1 en el debut del campeonato, pero con cabeza fría le agradecí a Dios la derrota, ya que desnudó nuestras debilidades y tenemos más conocimiento de las áreas que debemos fortalecer. Lo curioso es la utilización del elemento "fuego" para referirse a un castigo, una prueba o una motivación. A mí nunca me ha gustado el calor, me molesta un poco cuando Bogotá se pone calurosa ya que me gusta caminar y eso hace que comiencen a aparecer a veces unos desagradables mapamundis en mis camisas (cosa que luego molesta es a mi mamá), pero sí me gusta la lluvia, no me molesta, jugar fútbol bajo la lluvia es lo mejor que puede haber, y también en varias caminatas/devocional que he tenido, lo he hecho bajo duros aguaceros. Sé que a la gran mayoría no les gusta la lluvia, la gran mayoría prefiere irse de vacaciones a un lugar soleado y caluroso en vez de un sitio frío y nublado, las mujeres prefieren mil veces ir a la playa a aplastarse sobre una silla plástica como ranas plataneras, y se ponen "a la plancha" por muchos minutos con una capa brillante de bronceador. La gente huye de la lluvia, trata de encontrar refugio, la lluvia arruina el peinado de las mujeres y de los hombres que tenemos bonito cabello (?). Para mi, la lluvia también tiene un significado igual al de su elemento opuesto que es el fuego. Cuando uno pasa por una prueba se dice que hay tormentas en su vida, que su camino está nublado, y cosas por el estilo. Pero así como se prefiere pasar vacaciones en lugares calurosos y se disfrute del sol por más que muchas veces incomode, ¿por qué no se puede disfrutar de la lluvia de vez en cuando así nos empapemos?. Volviendo a mi situación, ésta mañana al sonar la alarma no quería levantarme, quería quedarme arrunchado hundiendome en mi depresión ya que en el fondo sabía que no iba a poder dormir, pero algo me hizo levantar, me arreglé y me dispuse a salir a hacer ejercicio cuando miré por la ventana y una llovizna acompañada de un día nublado apareció como paisaje. Aun así decidí salir. El agua que caia se entremezclaba con una que otra lágrima y me alegré de encontrar el parque solo. Me dirigí al gimnasio y comencé con una rutina de ejercicios bajo la lluvia. La semana pasada tuve una consejería con mi líder. Fue demasiado productiva como todas, pero ésta vez se me quedó algo que nunca olvidaré y que siempre me ayudará, fue una simple pregunta: "¿con quién estas hablando? ¿a quién estas acudiendo cuando te sientes en crisis?". El motivo de la consejería era porque me sentía mal. Mi líder me hizo esas preguntas porque se extrañó bastante de lo que sentía, ya que ni Dios, ni la iglesia ni él me han dicho o enseñado ese tipo de cosas. Algo similar pasó cuando Adán y Eva comieron del fruto prohibido y se avergonzaron inmediatamente de su desnudez así que se escondieron. Cuando Dios los encuentra, les pregunta el porqué se habían escondido y escucha sus razones, les hace las mismas preguntas: "¿quién te enseñó eso?".

Iba en el abdominal número 795 (?) y aun me sentía mal, de repente recordé esas palabras y esa consejería, caí en la cuenta que en ese momento no era Dios el que me estaba hablando, entonces pedí ayuda, comencé a clamar por su presencia (hasta perdí la cuenta de las abdominales que llevaba y me tocó comenzar de nuevo) pero sentí que no me hablaba, sólo sentía que comenzaba a recordar canciones para tratar de olvidar mis pendejadas. Al instante me di cuenta de lo que pasaba: Dios me estaba cantando. Dichas canciones eran completamente espirituales, el Señor me bombardeó musicalmente por todos los frentes a ver por cual atinaba para hacerme sentir mejor, escuché dentro de mi cabeza a Jesús Adrian Romero, Generación 12, Álex Campos, Casting Crowns y hasta Mortification (a todas estas, se me perdieron los cd's). Era una completa serenata en vivo que me daba Dios, y vaya que estuvo "cross-over". En ese momento el gozo volvió a mi, sentí su presencia, y hasta me comenzó a hacer las cuentas de mis ejercicios. Decidí levantarme, quitarme la gorra y dejar que la lluvia recorriera mi rostro, simplemente disfruté mucho ese momento, comencé a cantar bajo la lluvia, nadie me oía, eramos sólo Dios y yo, y el climax fue la canción "Rain" de "Delirious?" ("Llueve" de Generación 12). Es paradógico y a la vez confirma mi teoría de las semejanzas que tienen los elementos agua y fuego al referirse a las pruebas y el aviviamiento, ya que en esa canción dice: "Deseamos hoy tu rio Dios, inundanos con tu fuego". Sea cual sea tu prueba, y estés donde estés, bien sea en un desierto o en una mañana lluviosa y nublada, piensa que Dios siempre estará para cantarte una canción, ya es tu decisión de disfrutar de la lluvia o de broncearte en el ardiente sol, lo que sí es seguro, es que transitarás ese lugar y lo abandonarás siempre con una sonrisa, tarareando la voz de Dios. A estas horas, acaba de escampar, pero por la ventana aun caen gotas de lluvia, deduzcan que pasó...

1 comentario:

Anónimo dijo...

La lluvia es algo maravilloso... refresca el ambiente, trae vida y deja vida al pasar. Me alegro mucho que la hayas disfruta con la mejor compañía posible! ;-)