lunes, 27 de septiembre de 2010

Cuando las matemáticas no tienen sentido.

El jueves de la semana pasada, Colombia recibió una de las noticias más importantes en los últimos tiempos: Millonarios -contra todos los pronósticos- derrotó a Cúcuta y se metió en las semifinales de la Copa Colombia por primera vez desde 1963 (?). Además de eso, también fue comunicada la muerte de Alias "Mono Jojoy", alto comandante de las FARC. Obviamente llegó la lluvia de opiniones, de las cuales todas las que he escuchado han sido similares a: "Menos mal que se murió ese Hijo Pródigo". Ésto me llevó a pensar en una cosa: Muchos nos alegramos por la muerte del hombre, sabemos que es un paso importante en la paz del país, pero, sé que hubo alguien que a pesar de todo no se alegró para nada con ésta noticia, y fue Dios. Estoy seguro que su corazón se llenó de tristeza al ver un alma más perdida, ver que otro hijo pródigo (sin las negrillas, esta vez si es en serio) se perdió y ahora está condenado. Le he dado vueltas a ese asunto, y sé que si le digo a cualquier persona que en parte me entristece la muerte de Jojoy me va a tratar de "apátrida" o "Hijo Pródigo", pero en ese momento no pude dejar de pensar en que es un alma menos, una que como muchas, muere sin obtener salvación y a cambio de eso obtiene condenación. En Lucas 15:4-10 vemos cómo Jesús relata la parábola de las ovejas, en la cual resalta la importancia que tiene para un pastor una oveja perdida, por encima de 99 que estan bien, luego Jesús relata la parábola del Hijo Pródigo, sin negrillas tampoco (Lucas 15:11-32). A lo mejor Jojoy tuvo la oportunidad de salvarse, a lo mejor no, duele ver que una persona deshecha la salvación porque se niega a creer, o porque simplemente no se le da la gana de obtenerla. Pero, ¿cómo se siente el corazón de Dios al ver que una vida se desperdicia sin que tan siquiera se le de la oportunidad de conocerlo? Todos tenemos la oportunidad de conocerlo, pero hay seres que no la han tenido, y son personas las mismas que les han quitado esa oportunidad. Me refiero a aquellos ángeles que se van de éste mundo antes de llegar a él, me refiero a los seres abortados.

La entrada de hoy fue motivada en parte por lo que pasó el jueves pasado (no la victoria de Millonarios, sino la muerte de Jojoy), pero también fue motivada en parte por un mensaje que me llegó ésta mañana y que como siempre, me gustaría compartirlo acá para que reflexionemos:

Con un bebé de brazos, una mujer muy asustada llega al consultorio de su ginecólogo y le dice: "Doctor, por favor ayúdeme, tengo un problema muy serio. Mi bebé aún no cumple un año y ya estoy de nuevo embarazada. No quiero tener hijos en tan poco tiempo, prefiero un espacio mayor entre uno y otro". El médico le contestó: "Muy bien, ¿qué quiere que yo haga?". Ella le dijo: "Deseo interrumpir mi embarazo y quiero contar con su ayuda". El médico se quedó pensando un poco y después de algún tiempo le dice: "Creo que tengo un método mejor para solucionar el problema y es menos peligroso para usted". La mujer sonrió pensando que el médico aceptaría ayudarla. Él siguió hablando: "Vea señora, para no tener que estar con dos bebés a la vez en tan corto espacio de tiempo, vamos a matar a éste niño que está en sus brazos. Así usted tendrá un periodo de descanso hasta que el otro niño nazca. Si vamos a matar, no hay diferencia entre uno y otro de los niños. Y hasta es más fácil sacrificar éste que usted tiene entre sus brazos puesto que usted no correrá ningún riesgo". La mujer se asustó y dijo:"¡No doctor! ¡Que horror! ¡Matar a un niño es un crimen!". "También pienso lo mismo, señora, pero usted me pareció tan convencida de hacerlo, que por un momento pensé en ayudarla". El médico sonrió y después de algunas consideraciones, vio que su lección surtía efecto. Convenció a la madre que no hay la menor diferencia entre matar un niño que ya nació y matar a uno que está por nacer y que está vivo en el seno materno.

Sin comentarios, simplemente lo dejo a reflexión de cada uno de nosotros que lo lea. Por mi parte me pareció bacanísimo, y muy creativo, ya que se muestra la verdadera magnitud de lo que significa un aborto. Y es que, como en la parábola de las ovejas, una vida tiene tanta importancia como muchas vidas juntas, por eso no se debe menospreciar nisiquiera la vida de una persona que ante los ojos de la sociedad no sirva para nada o haga mucho daño como la de Jojoy. Sí, su baja es importante para resolver un conflicto que lleva mucho tiempo, y sin duda es una buena noticia para el país, ¿pero habrá sido una buena noticia para Dios? ¿es buena noticia para Dios que una joven decida "resolver" su presente y su futuro por medio de un asesinato?. Acá es donde ponemos a Baldor contra las cuerdas, y sé que Pitágoras y muchos otros se están revolcando en sus tumbas cuando es el mismo Dios quien hace la ecuación de igualar una cifra con otra muy diferente. Y es tan simple para él, y para los que tenemos corazón también: 1=99, según la parábola de Jesús.

martes, 7 de septiembre de 2010

"Singing in the rain".

Anoche, como en varias noches, me costó mucho conciliar el sueño. No era mi mejor momento espiritual, me deprimí. Ésta mañana no tuve muchas fuerzas para levantarme, sentía un gran peso sobre mí y las ganas de mandar todo al carajo se reavivaron. Se habla muchísimo en predicaciones y analogías bíblicas acerca de los desiertos en la vida, que son muy necesarios, que allí seremos trabajados, que las herramientas y porcelanas tienen que ser pasadas por fuego para ser forjadas y moldeadas, en fin, una cantidad de ejemplos que nos muestran que las pruebas estan hechas para ser superadas y de esta manera alcanzar un crecimiento. El domingo pasado mi equipo de fútbol perdió 3-1 en el debut del campeonato, pero con cabeza fría le agradecí a Dios la derrota, ya que desnudó nuestras debilidades y tenemos más conocimiento de las áreas que debemos fortalecer. Lo curioso es la utilización del elemento "fuego" para referirse a un castigo, una prueba o una motivación. A mí nunca me ha gustado el calor, me molesta un poco cuando Bogotá se pone calurosa ya que me gusta caminar y eso hace que comiencen a aparecer a veces unos desagradables mapamundis en mis camisas (cosa que luego molesta es a mi mamá), pero sí me gusta la lluvia, no me molesta, jugar fútbol bajo la lluvia es lo mejor que puede haber, y también en varias caminatas/devocional que he tenido, lo he hecho bajo duros aguaceros. Sé que a la gran mayoría no les gusta la lluvia, la gran mayoría prefiere irse de vacaciones a un lugar soleado y caluroso en vez de un sitio frío y nublado, las mujeres prefieren mil veces ir a la playa a aplastarse sobre una silla plástica como ranas plataneras, y se ponen "a la plancha" por muchos minutos con una capa brillante de bronceador. La gente huye de la lluvia, trata de encontrar refugio, la lluvia arruina el peinado de las mujeres y de los hombres que tenemos bonito cabello (?). Para mi, la lluvia también tiene un significado igual al de su elemento opuesto que es el fuego. Cuando uno pasa por una prueba se dice que hay tormentas en su vida, que su camino está nublado, y cosas por el estilo. Pero así como se prefiere pasar vacaciones en lugares calurosos y se disfrute del sol por más que muchas veces incomode, ¿por qué no se puede disfrutar de la lluvia de vez en cuando así nos empapemos?. Volviendo a mi situación, ésta mañana al sonar la alarma no quería levantarme, quería quedarme arrunchado hundiendome en mi depresión ya que en el fondo sabía que no iba a poder dormir, pero algo me hizo levantar, me arreglé y me dispuse a salir a hacer ejercicio cuando miré por la ventana y una llovizna acompañada de un día nublado apareció como paisaje. Aun así decidí salir. El agua que caia se entremezclaba con una que otra lágrima y me alegré de encontrar el parque solo. Me dirigí al gimnasio y comencé con una rutina de ejercicios bajo la lluvia. La semana pasada tuve una consejería con mi líder. Fue demasiado productiva como todas, pero ésta vez se me quedó algo que nunca olvidaré y que siempre me ayudará, fue una simple pregunta: "¿con quién estas hablando? ¿a quién estas acudiendo cuando te sientes en crisis?". El motivo de la consejería era porque me sentía mal. Mi líder me hizo esas preguntas porque se extrañó bastante de lo que sentía, ya que ni Dios, ni la iglesia ni él me han dicho o enseñado ese tipo de cosas. Algo similar pasó cuando Adán y Eva comieron del fruto prohibido y se avergonzaron inmediatamente de su desnudez así que se escondieron. Cuando Dios los encuentra, les pregunta el porqué se habían escondido y escucha sus razones, les hace las mismas preguntas: "¿quién te enseñó eso?".

Iba en el abdominal número 795 (?) y aun me sentía mal, de repente recordé esas palabras y esa consejería, caí en la cuenta que en ese momento no era Dios el que me estaba hablando, entonces pedí ayuda, comencé a clamar por su presencia (hasta perdí la cuenta de las abdominales que llevaba y me tocó comenzar de nuevo) pero sentí que no me hablaba, sólo sentía que comenzaba a recordar canciones para tratar de olvidar mis pendejadas. Al instante me di cuenta de lo que pasaba: Dios me estaba cantando. Dichas canciones eran completamente espirituales, el Señor me bombardeó musicalmente por todos los frentes a ver por cual atinaba para hacerme sentir mejor, escuché dentro de mi cabeza a Jesús Adrian Romero, Generación 12, Álex Campos, Casting Crowns y hasta Mortification (a todas estas, se me perdieron los cd's). Era una completa serenata en vivo que me daba Dios, y vaya que estuvo "cross-over". En ese momento el gozo volvió a mi, sentí su presencia, y hasta me comenzó a hacer las cuentas de mis ejercicios. Decidí levantarme, quitarme la gorra y dejar que la lluvia recorriera mi rostro, simplemente disfruté mucho ese momento, comencé a cantar bajo la lluvia, nadie me oía, eramos sólo Dios y yo, y el climax fue la canción "Rain" de "Delirious?" ("Llueve" de Generación 12). Es paradógico y a la vez confirma mi teoría de las semejanzas que tienen los elementos agua y fuego al referirse a las pruebas y el aviviamiento, ya que en esa canción dice: "Deseamos hoy tu rio Dios, inundanos con tu fuego". Sea cual sea tu prueba, y estés donde estés, bien sea en un desierto o en una mañana lluviosa y nublada, piensa que Dios siempre estará para cantarte una canción, ya es tu decisión de disfrutar de la lluvia o de broncearte en el ardiente sol, lo que sí es seguro, es que transitarás ese lugar y lo abandonarás siempre con una sonrisa, tarareando la voz de Dios. A estas horas, acaba de escampar, pero por la ventana aun caen gotas de lluvia, deduzcan que pasó...

viernes, 3 de septiembre de 2010

Sólo en sus brazos alcanzo la meta

¿Sufre usted de baja estima? ¿cree que no sirve para nada? ¿piensa que nadie lo va a determinar porque aun no considera que ha logrado lo que ya debería haber logrado a su edad? A todos nos ha pasado supongo. Y es que definitivamente uno de los factores que contribuye a que eso suceda es la autocomparación con los demás. Las palabras hirientes de algún tipo de autoridad que dice repetidamente que no lo vas a lograr, el ver cómo personas con tus mismas (o incluso menos, a tu consideración) capacidades llega más lejos, o simplemente un bajo estado de ánimo que logra que uno tenga insatisfacción con lo que hace o ha hecho permiten que muchas personas decidan tirar la toalla en medio de la carrera. Mi motivación hoy para escribir fue precisamente una oleada de mensajes que hemos estado intercambiando con mis compañeros de equipo (de fútbol) motivándonos unos a otros para un campeonato que estamos próximos a comenzar. Viendo unos de ellos me encontré con otro que me gustó demasiado ya que incluye algo que defiendo muchísimo, y que sé que es lo mismo que piensa Dios en todas las cosas de la vida: No importan tanto tus cualidades o capacidades sino tu voluntad para hacer las cosas. En mi equipo defiendo mil veces los jugadores que no son muy talentosos pero que dejan todo en la cancha. Los argentinos tienden a ser buenos o los mejores en cada cosa que hacen porque por encima del talento que puedan tener para algo, es su voluntad la que los hace ganar. Ahora, entrando en materia, el video que les voy a mostrar a continuación es un breve resumen de un emotivo momento deportivo en el cual, y a juicio de muchos, no se debió premiar al primero sino al mejor. Juzguen ustedes:



¿Qué tal? ¿se conmovieron? ¿a qué se les hizo parecido?. Como es costumbre, voy a dar una breve descripción del negrito este. Derek Redmond es un atleta británico y nació el 3 de septiembre de 1965 (¡felíz cumpleaños Derek!) en Bletchley, Buckinghamshire, Inglaterra. En los juegos olímpicos de Barcelona en 1992, él competía por las semifinales en la prueba de 400 mts. planos y nuestro muchacho estaba ahí, compitiendo, en una prueba por la cual se había entrenado arduamente quién sabe por cuanto tiempo. Corriendo por el carril 5 de repente las fibras musculares de su isquiotibial se rompieron en mitad de la carrera, dejándolo sin posibilidades de ganar. Pero el hombre no se entrenó para dejarla a medias, así que en una gran muestra de coraje se levantó y comenzó a correr como pudo con el fín de terminar la carrera. Para mí, el momento climax fue cuando del público salió un señor a tratar de ayudarlo sin importar que lo trataran de detener. Él era Jim Redmond, su padre, quién apoyó a su hijo y le ayudó a llegar a la meta. Estoy seguro que pocos recuerdan quién ganó esa carrera ese día, así como estoy seguro que los que la vieron o han visto este video no olvidan quién es Redmond. Es increible ese sentido paternal de protección, que se activa inmediatamente cuando hay amenaza de fracaso en la vida de un hijo. Fijo que en nuestras vidas hemos sentido cómo se rompen nuestros isquiotibiales en medio de la carrera, vemos que tantos años de preparación se van al retrete por un obstáculo y todo indica (la lógica, especialmente) que debemos desistir, abandonar, saborear la derrota. Pero es en ese momento cuando nuestro querido parde siempre acudirá, ahuyentando dichas personas que tratan de evitar que la ayuda llegue, nos tomará de un brazo y llevará nuestro peso sobre sus hombros. Sí don Jim fue capaz de hacerlo siendo un simple mortal, si el sentido de protección paternal lo podemos ver hasta en el reino animal, ¿cuanto más crees que lo haría Dios por nosotros?. Al carajo los isquiotibiales, si no fueran por esas lesiones no sentiríamos el amor de nuestro padre y sus brazos levantando nuestro cuerpo para que terminemos la carrera, pero para que todo eso sea posible debemos tener un corazón lleno de voluntad, determinado a terminar la carrera por más que lleguen las dificultades. A Jim le hubiera costado muchísimo ayudar a su hijo si él no hubiera tenido el coraje de seguir (no debe ser tarea fácil cargarlo a cuestas si él no colabora). A lo mejor Jim no se hubiera lanzado a la pista si no ve que su hijo se levanta, a lo mejor pensaría que por su salud es mejor que permaneciera quieto mientras llega la asistencia médica, pero fue la determinación de Derek la que hizo que su padre también entrara al ruedo. Dios nunca te va a abandonar, somos nosotros los que lo hacemos, si cada vez escuchamos más lejana su voz, trata de adivinar quién es el que se está alejando, y lo que Dios dice es que sigamos, que confiemos en él, que corramos sin importar nada y que nos levantemos así el "totazo" sea duro, ya que siempre estará ahí para ayudarnos. No permitas que un isquiotibial roto también rompa tu espíritu o tu autoestima, ya que si no claudicas, la victoria llegará no porque seas el número uno, sino porque vas a ser el mejor.

Hebreos 12: 1-2= Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.