
Volviendo al tema del fútbol (ya que en el ámbito deportivo es donde se puede ver tangiblemente los resultados de la determinación y la garra), vimos que una aguerrida selección Uruguaya quedó campeona de la Copa América terminada hace unos días en Argentina. La selección Uruguaya es reconocida desde siempre por su juego fuerte y porque sus jugadores poseen algo denominado "garra charrúa", que no es algo diferente a 11 personas dejándolo todo en la cancha, sin dar ningún balón por perdido. Y esta vez tampoco fue la excepción: En esta copa América no tuvo estrellas rutilantes como Ronaldo, Kaká o Messi, su figura más sobresaliente es Diego Forlán (reconocido por su habilidad guerrera y goleadora) y los otros 10 con un estilo similar de juego. Al ver jugar equipos así, da satisfacción admirar su juego así pierdan. Y en el caso del fútbol, ejemplos hay muchos, equipos aguerridos que de la nada, a punta de voluntad quedan campeones por encima de todos los pronósticos como Uruguay en 2011, o cuando el América de Cali quedó campeón en 2008, o como cuando quedó campeón Millona... ah juemadre, esos hace rato que no figuran ahí (?).
Para resumir un poco lo que valoro en un equipo de fútbol, y a lo mejor lo que Dios valoraría que haya en las personas, les muestro el siguiente video:
Valga la aclaración, no digo que a Dios le gustan los patabravas como Diego "el ruso" Pérez (uruguayo, por cierto), digo que por encima del talento y el "cascarón", prima para el la voluntad de aportar, con los talentos otrogados, el "granito de arena" para hacer una gran obra en nosotros y en este mundo.
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